Botox es el nombre común de la toxina botulínica, una proteína purificada de la bacteria Clostridium botulinum. La gente suele considerar el Botox como un procedimiento cosmético para reducir las líneas finas y las arrugas de la cara, pero el Botox para las migrañas crónicas es un uso de la medicación aprobado por la FDA.
El botox combate las migrañas actuando sobre los músculos y nervios del cuello y la cabeza que las desencadenan. La proteína bloquea las señales nerviosas a esos músculos.
Por desgracia, el tratamiento no funciona en todas las migrañas. Alrededor del 1% de los estadounidenses tienen migrañas crónicas que les afectan más de 15 días al mes.